El Hombre del Tiempo combina la autoficción, la narración y el movimiento escénico. Es la historia de las vacaciones de verano, del pánico en el desierto de los treintaytantos, de los tramites burocráticos como condena mitológica.
Todo es una cuanta atrás, todo es un juego,
todo es pura vanidad, baile de ciegos.
Idea original e intérprete: Sergio de Medina
Asesoría dirección y dramaturgia: Germán Gundín y Paz Buelta